Nuestro jardín secreto
Ponemos a disposición de nuestros huéspedes nuestro jardín secreto, un espacio lleno de intimidad, calma y belleza natural, donde cada rincón invita a detener el tiempo. Es un jardín en continua evolución, que cambia con las estaciones y sorprende en cada visita.
Al recorrer sus senderos descubrirás camelias, rododendros, calas, rosales, acebos, lavandas, y un sinfín de especies que llenan el aire de color y vida. El aroma te guiará entre los macizos de flores: a menta fresca, a manzana verde, a limonero en flor. Cada planta tiene su historia, algunas llegadas de lugares lejanos y otras nacidas aquí, en la tierra que las acoge y las hace florecer.
Es un lugar para descansar bajo la sombra de los árboles, escuchar el murmullo del agua o el canto de los pájaros, leer un buen libro, disfrutar de una conversación tranquila o simplemente pasear descalzo sobre la hierba. De día, el sol ilumina cada pétalo; al atardecer, la luz se vuelve dorada y envuelve todo en una atmósfera mágica.
Nuestro jardín es también un espacio para reconectar con la naturaleza y con uno mismo. Muchos huéspedes lo describen como un pequeño refugio del mundo, un rincón donde el silencio suena diferente y el tiempo parece estirarse. Aquí todo invita a respirar despacio, a contemplar y a sentir.
Entre sus rincones secretos se esconden bancos de piedra cubiertos de musgo, senderos de grava, y pequeños espacios para el descanso o para disfrutar de un desayuno al aire libre. Cada detalle ha sido pensado para que te sientas en armonía con el entorno.
El jardín es, en definitiva, nuestro secreto mejor guardado. Un lugar único, vivo, cambiante y auténtico, que solo se revela por completo a quienes se toman el tiempo de descubrirlo.
